MIRADAS
Tras el encerrón la casa estaba invadida por mi tristeza.
Me acompañaba la introspección y solo la mirada interna me hablaba.
Había que poner buen humor, me lavé, limpié la casa, abrí las puertas y ventanas, inmediatamente empezaron a llegar la loca, la fría, la niña, hasta la perdida nos encontró.
En un inicio nos cruzábamos, luego nos sentamos, dimos nuestros puntos de vista y por supuesto brotaron los opuestos, pero la mirada de ángel nos calmó, trajo con ella una dulce fuente de recuerdos. Entonces el enfoque fue distinto, hubo quien se quitó vendas, vió el alma, quien leyó entre miradas, quien por el lente vió el futuro y quien no pudo más.
Al final el insomnio me había abandonado.
Si una mirada dice mil palabras, mil miradas que dirán...
Yolanda López
Tras el encerrón la casa estaba invadida por mi tristeza.
Me acompañaba la introspección y solo la mirada interna me hablaba.
Había que poner buen humor, me lavé, limpié la casa, abrí las puertas y ventanas, inmediatamente empezaron a llegar la loca, la fría, la niña, hasta la perdida nos encontró.
En un inicio nos cruzábamos, luego nos sentamos, dimos nuestros puntos de vista y por supuesto brotaron los opuestos, pero la mirada de ángel nos calmó, trajo con ella una dulce fuente de recuerdos. Entonces el enfoque fue distinto, hubo quien se quitó vendas, vió el alma, quien leyó entre miradas, quien por el lente vió el futuro y quien no pudo más.
Al final el insomnio me había abandonado.
Si una mirada dice mil palabras, mil miradas que dirán...
Yolanda López